Un cómic convierte a Lois Pereiro en el antihéroe Figadoman de la poesía
El escritor e ilustrador vigués Jacobo Fernández plasma las vivencias y sueños del homenajeado por las Letras Galegas en un libro de relato biográfico a través de viñetas
MAR MATO - VIGO El poeta Lois Pereiro (1958-1996) aseguró una vez "ter o subconsciente colonizado polo rock", lo que no le impedía ser abducido por las aventuras de Tintín, superhéroes como Conan el Bárbaro o las historias del Corto Maltés. Poco a poco fue adentrándose en un mundo de viñetas underground como el de la revista El Víbora. Ahora, en el año en el que se le dedican las Letras Galegas el autor monfortino se convierte en protagonista de un cómic sobre su propia vida.
El creador es Jacobo Fernández Serrano (Vigo, 1971) quien ha acometido el relato en imágenes y palabras. El autor se ha valido de la imaginación, documentación y testimonios para ofrecer una historieta gráfica titulada Breve encontro (Xerais) que, en 158 páginas, recorre la vida y muerte del poeta lucense.
Precisamente, el pulso con la guadaña a la que Pereiro dejó plantada antes de escribir su gran obra Poesía última de amor e enfermidade fue lo que animó a Serrano a convertir al poeta durante unos segundos en Figadoman, una mezcla de héroe y antihéroe que surge en alguna de las páginas como superviviente y reminiscencia de su propia crónica vital.
Por el protagonismo del cómic, lucha también la muerte convertida en personaje con la apariencia de esqueleto trajeado. Dicha personificación conecta esta obra de Jacobo Fernández con otras anteriores del autor vigués, ganador del premio Castelao de banda diseñada y el Merlín de Literatura Infantil.
En esta ocasión, la elige para arrancar la narración a modo de capítulo cero de un storyboard de fondo negro donde un tren (el medio de locomoción preferido por Lois para recorrer Europa) llega a una estación. En ella, la muerte, disfrazada de dama elegante, recibe el ofrecimiento de Lois Pereiro a secuestrar una arenilla de su ojo. La imagen en viñeta de Pereiro mete el dedo en la calavera. "Así empezou todo. Con algo que se me meteu no ollo. Esquecín por completo o incidente. Non significou nada para min. Ou polo menos iso cría", expresa la mujer en el andén en un guiño al filme Breve encontro (palma de oro en Cannes) de David Lean, autor de películas como Lawrence de Arabia o Doctor Zhivago.
La elección de la muerte como arranque sirve a Fernández para "introducir al lector en la obra de Pereiro y sus aficiones por el cine o los viajes. La muerte la trato de forma humorística. A la idea de poeta maldito que tenía de él, le añado la de un hombre con retranca y un tipo especial de humor que hasta ponerme a investigar no lo identificaba con él".
Le seguirán a este capítulo otros doce con autopsia del periplo del poeta como si de un filme se tratase. Entre los momentos claves, el año del intento de golpe de Estado de Tejero, cuando Pereiro inició su relación con la heroína. A diferencia de otras biografías publicadas que pasan de puntillas o no tocan este episodio, Fernández Serrano ha defendido su presencia en el libro ya que "es una parte importante de su vida. No se puede hablar de su obra, sin hablar de las circunstancias que lo afectaban".
Hacia el final, la muerte regresa a la historia con un fondo otoñal, el pelo suelto y un vestido plisado. "Tes que ver iso, Lois, non o vas crer", asegura el esqueleto. "Están todos reunidos falando de ti. Penso que desta acabóuseche o de poeta maldito. Bota un ollo", añade mientras deja ver entre la selva una colección numerosa de animales que entonan desde los versos "Durmo no desastre" a "Todos aqueles que me amaran morto amábanme máis vivo" o "E as veas convertidas en túneles de acougo e perigo".
El creador es Jacobo Fernández Serrano (Vigo, 1971) quien ha acometido el relato en imágenes y palabras. El autor se ha valido de la imaginación, documentación y testimonios para ofrecer una historieta gráfica titulada Breve encontro (Xerais) que, en 158 páginas, recorre la vida y muerte del poeta lucense.
Precisamente, el pulso con la guadaña a la que Pereiro dejó plantada antes de escribir su gran obra Poesía última de amor e enfermidade fue lo que animó a Serrano a convertir al poeta durante unos segundos en Figadoman, una mezcla de héroe y antihéroe que surge en alguna de las páginas como superviviente y reminiscencia de su propia crónica vital.
Por el protagonismo del cómic, lucha también la muerte convertida en personaje con la apariencia de esqueleto trajeado. Dicha personificación conecta esta obra de Jacobo Fernández con otras anteriores del autor vigués, ganador del premio Castelao de banda diseñada y el Merlín de Literatura Infantil.
En esta ocasión, la elige para arrancar la narración a modo de capítulo cero de un storyboard de fondo negro donde un tren (el medio de locomoción preferido por Lois para recorrer Europa) llega a una estación. En ella, la muerte, disfrazada de dama elegante, recibe el ofrecimiento de Lois Pereiro a secuestrar una arenilla de su ojo. La imagen en viñeta de Pereiro mete el dedo en la calavera. "Así empezou todo. Con algo que se me meteu no ollo. Esquecín por completo o incidente. Non significou nada para min. Ou polo menos iso cría", expresa la mujer en el andén en un guiño al filme Breve encontro (palma de oro en Cannes) de David Lean, autor de películas como Lawrence de Arabia o Doctor Zhivago.
La elección de la muerte como arranque sirve a Fernández para "introducir al lector en la obra de Pereiro y sus aficiones por el cine o los viajes. La muerte la trato de forma humorística. A la idea de poeta maldito que tenía de él, le añado la de un hombre con retranca y un tipo especial de humor que hasta ponerme a investigar no lo identificaba con él".
Le seguirán a este capítulo otros doce con autopsia del periplo del poeta como si de un filme se tratase. Entre los momentos claves, el año del intento de golpe de Estado de Tejero, cuando Pereiro inició su relación con la heroína. A diferencia de otras biografías publicadas que pasan de puntillas o no tocan este episodio, Fernández Serrano ha defendido su presencia en el libro ya que "es una parte importante de su vida. No se puede hablar de su obra, sin hablar de las circunstancias que lo afectaban".
Hacia el final, la muerte regresa a la historia con un fondo otoñal, el pelo suelto y un vestido plisado. "Tes que ver iso, Lois, non o vas crer", asegura el esqueleto. "Están todos reunidos falando de ti. Penso que desta acabóuseche o de poeta maldito. Bota un ollo", añade mientras deja ver entre la selva una colección numerosa de animales que entonan desde los versos "Durmo no desastre" a "Todos aqueles que me amaran morto amábanme máis vivo" o "E as veas convertidas en túneles de acougo e perigo".
La imagen más popular de este monstruo (con la inestimable ayuda de la industria cinematográfica de Hollywood) parece corresponder a la de un plesiosaurio, un dinosaurio acuático de tamaño medio y costumbres carnívoras, común a finales del Cretácico y principios del Jurásico. La mayor parte de las personas que han observado este animal lo describen con un largo cuello, un cuerpo robusto y unas aletas en forma de rombo. Incluso se le asignó un nombre científico: Nessiteros rhombopteryx.
A los numerosos avistamientos se unen la miríada de fotografías en las que se "observa" a Nessie ó parte de él. Muchas de ellas son fraudes, pero hay algunas bastante famosas, y el resto no son determinantes para identificar nada.
En 1991 un tal Stewart Campbell estudió todos los datos disponibles sobre el lago Ness y llegó a la conclusión de que no hay razón para creer que exista nada anormal en el lago.






